Más de dos tercios (69 %) de los individuos indocumentados y sus familiares/seres queridos que están en riesgo de deportación o separación familiar son hispanos. Se estima que 19,5 millones de residentes latinos o hispanos en Estados Unidos, o casi un tercio del total de la población hispana total, son indocumentados o conviven en familias de estatus migratorio mixto con un individuo hispano indocumentado.

Al menos 5,1 millones de ciudadanos estadounidenses menores de 18 años, tanto hispanos como no hispanos, viven con al menos un miembro indocumentado en su hogar. Hasta 6,1 millones de adultos ciudadanos estadounidenses, tanto hispanos como no hispanos, viven con al menos un inmigrante indocumentado en su hogar. Casi dos tercios de estos adultos (68 %) son de la generación Z o Millennials (Y), nacidos en 1981 o después. Más de 1,1 millones de adultos ciudadanos estadounidenses tienen un cónyuge indocumentado.

Aunque el Congreso ha mantenido la unidad familiar como un principio central en la política migratoria durante décadas, muchos cónyuges y padres indocumentados de ciudadanos estadounidenses que han vivido en Estados Unidos durante muchos años no pueden ajustar su estatus para recibir su residencia permanente legal debido a las barreras de inadmisibilidad. Estas limitaciones de la ley de inmigración actual obligan a las familias a permanecer en estatus migratorios variados y vulnerables, viviendo bajo la amenaza de la separación y obligando a los seres queridos a vivir con la ansiedad constante de que su mamá, papá, hermana, hermano, esposa o esposo podrían ser deportados en cualquier momento.

Al mismo tiempo, cientos de miles de hogares en Estados Unidos son completamente indocumentados, y casi la mitad (48 %) de los miembros de hogares indocumentados han ingresado a Estados Unidos desde el año 2020. Muchos de estos miembros del hogar actualmente mantienen protecciones migratorias limitadas, incluido el TPS, admisión condicional bajo los programas de parole o a la espera de una decisión sobre su solicitud para asilo político. Pero muchas de estas protecciones son discrecionales y temporales, y una futura administración podría permitir que caduquen o que sean eliminadas, dejando a esta población totalmente indocumentada y vulnerable a la deportación.

Arreglar nuestro sistema de inmigración fallido es algo personal para millones de estadounidenses que viven en familias de estatus migratorio mixto. A medida que se agudizan las amenazas de deportaciones masivas, millones de ciudadanos estadounidenses viven a diario con la incertidumbre de sí sus seres queridos serán deportados y separados de sus familias. Ya es hora de que el Congreso ofrezca alivio a las familias estadounidenses.